Marie Curie, una vida de ciencia

Por Osval Antonio Montesinos López

La historia de la científica polaca nacionalizada francesa Marie Salomea Skłodowska-Curie, mejor conocida como Marie Curie, debe ser obligatoria para todas las mujeres y hombres de la faz de la tierra, ya que es una historia fascinante no solo por sus contribuciones científicas, que la hicieron merecedora de dos premios Nobel en distintas áreas: Física (1903) y Química (1911), sino porque también: (a) salvó muchas vidas durante la primera guerra mundial con sus ambulancias móviles de radiografía que atendían a los soldados heridos en batalla; (b) tuvo que superar cientos de obstáculos en su camino en una época aún mucho más difícil para las mujeres; (d) no quiso patentar el proceso de aislamiento del radio, con el cual se pudo volver millonaria, para que la comunidad científica lo utilizara y realizara aplicaciones sin obstáculos; (e) compartía la idea de que los premios y donaciones por reconocimiento de su trabajo debían de hacerse a su institución afiliada y no a ella misma; (f) logró inculcar su amor por la ciencia a su hija Irene que también fue ganadora del premio Nobel de química en el año 1935; (g) descubrió la radioterapia como tratamiento contra el cáncer y (h) era una mujer muy modesta, ya que rechazó muchas medallas y premios, por lo que Einstein comentó que Marie Curie fue “la única científica que no se corrompió por la fama”.

Por lo tanto, esta nota la dedicaremos a hablar un poco sobre la vida y obra de esta grandiosa mujer. Marie Curie nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia, fue la última de 5 hermanos, en esta época Polonia estaba ocupada por el imperio ruso, lo cual a su familia le fue muy adverso ya que perdieron propiedades y despidieron a su padre de profesor de enseñanza media de matemáticas y física por promover todo lo polaco y la independencia de su país. Además, antes de que Marie Curie cumpliera 11 años falleció una de sus hermanas y su madre y, a causa de las circunstancias, se convirtió en atea. Cursó la educación básica con muy buenas notas, pero nunca pudo asistir a una escuela de educación superior oficial en su natal Polonia por el hecho de ser mujer, pero ingresó a una escuela clandestina llamada “Uniwersytet Latający” junto con su hermana Bronisława, la cual pronto se marchó a París a estudiar Medicina y Marie Curie, mientras tanto, trabajó en Polonia como institutriz, para ayudar a pagar los estudios de su hermana en París, a la vez que continuaba con su formación, para poder posteriormente costearse la matrícula en la Universidad de París.

Publicación: El comentario semanal

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